jueves, 4 de julio de 2013

Madrugada

Oscuridad a su alrededor. El silencio reinaba en aquel rincón del mundo, a excepción del sonido producido por las ráfagas de viento que pretendían aliviar el calor veraniego, y del golpeteo del teclado del ordenador. La madrugada apenas había comenzado...

...Y ese era su momento. Esas horas de la noche en las que el mundo duerme eran sus horas preferidas para vivir. Poco le importaba por la noche el sueño que la perseguiría a la mañana siguiente. Tenía claro que cualquier libro, película o serie, se disfrutaba más a esas horas. También se pensaba mejor... o quizá no, pero aún así le gustaba hacerlo.

Muchos pensamientos se agolpaban en su mente, luchando entre ellos por salir a la superficie. Y de ahí surgía el caos.

Los minutos pasaban, y ahí seguía, encaramada a la silla de una manera imposible, inmersa en su propio mundo construido con momentos pasados. 

Se iluminó la pantalla del móvil, llamando su atención. Era un mensaje de alguien que estaba disfrutando la noche. Le arrancó una sonrisa.

Ahora en su mente solo quedaba un pensamiento: ¿Qué sería de ella sin esa persona? Echando la vista atrás se dio cuenta de todos los recuerdos que compartían, pues seis años son muchos. No tenía muy claro en qué momento comenzó a ser su pepito grillo, pero en silencio le agradeció que lo fuese.

Sonrió una vez más, pensando en esas personas que son el flotador cuando te vas a hundir, el timón cuando vas a la deriva. De repente supo que daba igual lo mucho que se perdiese, podía contar con que esa persona la encontraría...

...Y por un momento, no le dio tanto miedo estar perdida. 



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