viernes, 23 de octubre de 2015

Vieja y querida enemiga

Corre. Corre lejos. Corre rápido.
Huye.
No pares.

Pero da igual cuanto corras, da igual que te escondas, al final siempre te alcanzará. Como una promesa jamás formulada, te perseguirá hasta que solo te quede una opción: rendirse.

Huye lejos. Huye rápido. Escondete.

Te encontrará, volverás a sentirlo. No puedes evitarlo. Creerás que lo has logrado, que por fin se ha acabado. Pensarás que lo has conseguido.

Te alcanzará de nuevo y lucharno tendrá sentido.

De nuevo la sentirás. Para siempre contigo.

Saluda a tu vieja y querida enemiga:

Soledad